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6 Paz: Interior. tos de Dios, de los del demonio' y de los. del amor propio; porque el Espiritu de Dios nos pone en recogimiento y en:paz, cuando el ma+ ligno Espiritu inspira é introduce en. nosotros la disipacion: y la turbacion. Yo, dice el Rey Profeta; yo: escucharé «lo que Dios:me diga, en el fondo demi pecho; porque -sus divinas pa- labras no son otra cosa que «palabras: de paz,;!. El demonio bien puede producir, en nosotros alguna apariencia de «esta paz: interior ; y..al influjo de la satisfaccion del amor propio, puede hacer que sintamos «y percibamos alguna cosa que le parezca, Pero las almas: esperimentadas nose engañan con esto , ni se detienen ni apli- can la ateneion:á esta semejanza; asi como el que ya ha visto al Sol, no atiende! á la escasa luz de una lámpara ni se, vale de un farol en el medio dia. ¡Oh cuántas utilidades sé logran en las dife- rencias y vicisitudes que: suélen acaecer en la vida de los hombres, por saber discernir los mo- vimientos de Dios, de aquellos que no vienen de su majestad! ¡A cuántos engaños, horrores y estravios se espone el que no sabe hacer esta distincion! Y ¡en cuánto aprecio debemos tener esta paz que, despues dela Fé, de la Santa Doe- trina y de'la obediencia, es uno delos mas gran- des medios para no dejarse engañar ! ¡Cuántos escrúpulos se desterrarian ! ¡ Cuántas ilusiones disipurian! ¡Cuántas empresas imprudentes se- 1>"Audiam: quid: louatur in me Dominus Deus, quoniam Oquetur pacbem in pleem suis. Psá/lmo; Sde 9;

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