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148 Paz interior. sultan , son muy frecuentes: y la paz interior está muy alterada, para ceñirnos y ajustar- nos á las máximas generales. Examinemos estas c£osas en particular y menudamente. 7 A — ARTICULO PRIMERO. No esforzarse mucho á sentir el fervor cuando se prepara d la Confesion. v 1. Cuando esteis para presentaros al tribu- nal de la Penitencia, puede ser que tengais mu- cho trabajo para escitaros á contricion. En este lanee multiplicad reflexiones: esforzáos á hacer las mas vivas pinturas de la Majestad de Dios, que no puede pintarse ; de lo infinito de su ser, que no puede representarse eh cosa alguna sen- sible; del rigor de sus juicios, de la seve- ridad de sus venganzas, puede ser que las hagais tambien , aunque rara vez, de la mul- titud y grandeza de sus beneficios, de la mag- nificencia de su gloria, de la eternidad de sus recompensas , pero vuestro entendimiento, fa- ligado de vuestras multiplicadas reflexiones, y vuestro corazon cerrado á fuerza de querer esprimir sus afectos, no harán otra cosa, que llenaros de disgustos. Atemorizados de esta disposicion, redublais la cáusa, añadis nuevas reflexiones á las primeras, y haceis nuevos esfuerzos para escitar lo que Jlamais doyocion, y aumentándose siempre el mal, porque la

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