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Práctica. 147 plorable ? ¿Para qué incharnos con la devo- cion, como las gentes llenas de verdad con sus discursos y modos ? Y ¿para qué hacernos mas insoportables á los ojos de Dios, que los aires vanos, y mas que los modos afec- tados á los de los hombres de algun juicio? Mucha humildad y simplicidad con Dios, y no tanto fervor ni tanta actividad. Hay quien aspira á volar hasta el Cielo, queriendo obstinadamente levantarse sobre los ástros, sin tener presente, que sube allá mas presto una oracion humilde que un presun- tuoso vuelo: asi lo dice san Máximo ?. Y ¿qué sucede? Que este se futiga con los es- fuerzos, se desvanece en la el vacion y en un momento cae, se precipita y se hace pedazos por caer de tan allo , y por haberse arrojado soberbia y temerariamente á la empresa de volar, no puede andar despues 2: y alguna vez se despeña, y rueda hasta el abismo de un desórden vergonzoso, arrastrandose y Te- voleándose en el lodo y en la inmundicia. Y esto es , qué lástima! en lo que pára una de- vocion mal reglada, y un fervor vano. Pero es una forzosa consecuencia ; porque las “pe- nas, que ocasiona este deseo indiscreto del fervor , son muy vivas : las ilusiones que Te- 4 Prior ascendit ad Dominum oratio, quám volatus, et ante pervenit justa petitio , quam inicua pres umptio. S. Maxim. homil. 3. de SS. Apost. Petro eb Paul. 2 Ut quí paulo ante volare: téntaverat , subi ambu- are non posset; et qui pennas assumpseral, plantas amit- eret. Ibid.