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A A A A A 144 Paz interior. »Si no quereis, yo me rindo sia réplica; y »Esperaré vuestro auxilio con un humilde silen- ,cio. Vuestra divina asistencia es toda mi se- »guridad y consolación: no dudo, que me »la cbncedereis, pues vuestra infinita miseri- »cordia la solicita poderosamente para mi.» Pero si por estar muy turbados, no podeis hacer esta oracion ni alguna otra, mo por eso os desconsoleis ; antes bien, bajando humil- demente los ojos delante del Señor. decid á ejemplo del Salvador en su agonía. Sea hecha vuestra voluntad 1; y tened por cierto, que sereis mas agradables á Dios en este estado de agitacion y de turbacion , que en la mas devota tranquilidad. CAPITULO IL No buscar la devocion sensible con mucho apresuramiento, L S. hace preciso advertir, que es nece- sayio arreglarse, á vista de la devocion Y fervor sensible, como á la de la paz. Se ha de desear sin apresuracion , pedirla sin inquie- tud, poseerla sin inclinacion, perderia sin espanto y no mirarla con indiferencia; por- que es un freno para nuestras pasiones, un descanso para nuestra flaqueza y un sainete 1 Fiat voluntas tua.

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