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Práctica. 141 mientras estais agitados , no perdais ni el valor" ni la paciencia , porque luego estará Jesus con vosotros. Los pensamientos de vuestro entendi- miento atemorizado , los fantasmas de vuestra imeginacion acalorada , las inquietudes de vues- tro corazon cobarde, irán y vendrán con precipilacion , se impedirán múluamente ,.va- laran en tropa, harán ruido al rededor de vos- otros, como un enjambre de abejas !. Pero dice san Francisco de Sales en sus Carias, que no recibireis el menor daño, si os es- tais inmóbiles en medio de tan molestos , y enfadosos movimientos. IV. — Cuando el ruido fuese tan grande , que no os entendais á vosotros mismos, no os ha- beis de inquietar , porque bien lejos de haceros recobrar lo que habeis perdido , este seria el modo de haceros perder lo que posecis. La soberania de la paz consiste en no tener nada, ni áun á su misma paz sensible; porque mien- tras se tiene una paz conocida, lo mas que se goza, son unos frutos que se consumen bien presto; y no se logra de ningun modo su semilla, mi su raiz, que solo se hallan en una voluntad toda desnuda. La paz mundana consiste en el gozo de los bienes, cuyo principio mo tiene en si, y por consiguiente no puedé durar largo tiempo. La paz que Jesucristo nos ha dejado, cuyo Autor es el Espiritu Santo, que habita en nosotros, es un desprendimiento universal , y una entera despropiacion de sus 1 Circumdederunt me sicut apes, Psalm. 117.

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