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128 Paz interior. interior santuario, y de mantenerse en paz en esta soledad profunda, donde ya goza de la presencia de Jesucristo, ya le adora en el lugar” donde estuvo en la Comunion prece- dente, y ya le prepara mejar su corazon para la que se ha de seguir despues. CAPITULO XII. Desasimiento universál. y E, necesario sobre todo , desentbarazarse, de toda inclinacion, aun de las cosas mas pe- queñas; porque un corazon dividido, jamás lendrá paz. El celo de Dios que lo persiguió para purificarlo, lo +turbará sin cesar, con ujos severos, con quejas secretas, ó con un silencio triste, Él quiere hacer creer, que eso no es mas que una delicadeza escesiva de con- ciencia, una sutileza refinada de piedad muy singular y astuta, la cual lo atormenta sobre unas cosas menudas, de las cuales tantas per- sonas de sólida virtud no tienen pena: pero sentira siempre, á pesar de todos los esfuer- vos, que ejecuta para lograr la calma que hay »ntre Dios y él, un muro de desesperacion, y que esta es obra de su resistencia á la ilustra- 1On interior , y á lo que Dios desea de él; y hará que él diga de lo mas íntimo |de [su cora- “on, con el jóven Profeta de Silo: Hablad, señor, que vuestro Siervo oye, dispuesto á

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