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Medios para adquirirla. 113 que no amais á Dios. ¿No amais á Dios vos- otros ¿ que por él os privais del mundo, de los placeres de los sentidos, de mil comodi- dades de vuestro estado, y de las diversiones propias de vuestra edad? ¿Vosotros que lo adorais y le pedis; y meditais su: Ley y su Palabra? ¿ Vosotros, que veis con horror 4 sus enemigos, y los ultrajes y ofensas, que ellos le hacen? ¿Vosotros, para quien nada seria de tanta satisfaccion, como el saber que érais agradables á sus ojos; y que no teme- vals tan vivamente vuestras arideces , sinó por- que temeis disgustarlo ?+, Vosotros, que servis a vuestro prójimo, á pesar de vuestras re- pugnancias, porque lo quiere Dios; y le ser- vis a él mismo, á pesar de vuestros disgus- tos, porque lo merece? Y todo esto ¿no carece de la indiferencia para Dios? ¿Acaso liene su amor otros caractéres? Su bondad os colma de gracias; y en lugar de reconocer- las con humildad, ¿emplenreis en atormen- táros , aquel tiempo que debiais dar á este reconocimiento? Y cuando temeis tanto vues- tra tibieza y pesadeces en su servicio; ¿no debeis temer con mas razon vuestra ingrati- tud ? ¿Pensais acaso, ó poderle servir sin su asistencia, ó poder llevar ¿or largo tiempo los trabajos de su servicio sin amarlo? Reco- noced , pues, con modestia los regalos de su amor , y entregáros sin inquietud 4 la impre- sión de su gracia. Servidle, sin tantas reflexio- nes sobre el modo con que -le servis. Estas solas son las distracciones que no temeis, y