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Medios para adquirirla. 109 tanto vuestra afliecion? Una simple diversion demasiadamente sostenida ; una conversion ino- eente hácia alguna criatura; una efusion del corazon; un placer no prohibido y permi- tido á vuestros sentidos con poca necesidad; una infidelidad á la ilustracion de la gracia 0 á vuestros ejercicios; una larga lardanza en volveros hácia Dios, Y á entrar dentro de vos- otros mismos; una accion hecha fuera de propósito , por gusto natural, con mucha in- clinacion , y otras eosas semejantes. Y ¿son estas las faltas por las cuales, Dios, que es todo amor 1, abandona á un pecador, a pesar suyo y como por fuerza? Y esto basta para que os repruebe, ó para que vosotros os arrojeis al desaliento y á una especie de desespera- cion? Ah! Su bondad se ofende de estas ideas. Y qué! Porque Dios se retire, o se esconda por vuestras faltas, ¿pensais que ésto lo hace intentando vuestra pérdida? Ah! No sabeis lo que siente este Dios de bondad, que nuestras faltas nos quiten la materia de nuestro mé- tito y de nuestra virtud.... Su Majestad mandó á los Israelitas que caminasen cuarenta años per el desierto; pero aprovechó todo este tiempo para su perfeccion, confirmando su fé, ejercitando su paciencia, enseñándoles á es- timar sus bienes, despues de haber hecho, que los suspirasen mueho tiempo, .enseñándo- les últimamente las menudas ceremonias de su culto. Mientras los castigaba de un modo, 1 Deus charitas est. 4, Jonn. 16.

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