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A A | 96 Paz interior. luntariamente revocadas. En cualesquiera es- cursiones ó correrias, que haya hecho el en. tendimiento, siempre se ha de atender si ha estado distraido con reflexion. Apliquémonos, pues, pero sin creer que nos podemos fijar por nosotros mismos; porque la movilidad de nuestro entendimiento no es capaz de esto: antes al contrario, se irrita y se estravia co- munmente, á proporcion de los esfuerzos que se hacen por caulivanlo. Este queda alguna vez muy tranquilo despues de nosotros ; mas esto es hacerlo ir, mas que quererlo asegurar. No nos ocupemos, pues, ni con él ni con súk distracciones, y estaremos atentos. Dutenet fuertemente su imaginacion, es fatigar inútil mente la cabeza; es arruinar la salud sin al- guna ventaja, antes bien con pérdida de la paz del alma ; es contar un imposible ; y es una rosa ridicula querer hacerse dueño de él por los propios esfuerzos, Se suspenderia luego el ¡ire de la mano, con la misma fuerza de en- vestir, antes de fijar la imaginacion á fuerza le la contradiccion; y cuando se facertára por 11m momento en desviar todo otro objeto, se ¿cuparia ella en su contradicción misma eon 1 mayor ahinco. CAPITULO VIH. Tranquilidad en los movimientos. J. Ma, lento es el corazon y mas capaz de fijarse , que el entendimiento y la imaginacion;

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