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Lo que había hecho la Misión Capuchina Los capuchinos del primer decenio trabajar on como héroes, y si la historia hubiera que escribirla con las alabanzas merecidas, aquellos primeros hombres bien merecen un monumento, porque no ahorraron esfuerzo alguno por elevar la condición de los indígenas. Alguno de ellos dejó su vida en el rio Napo: Fray Mariano Az– queta (t 1964; y en 1971 Maria Angeles Ayestarán, de la Acción Misionera Franciscana). Se trabajaba entonces con los criterios •de antes·, cuestionados después desde la nueva mentalidad. Por de pronto el 31 de agosto de 1955 la Prefectura firmó un contrato con el Gobierno, siendo presidente de la República José María Velasco Ibarra, valedero por diez años. Los misioneros capuchinos se comprometian a ofrecer los siguientes servicios: 1) Trabajar intensamente por la colonización y civili– zación del Oriente ecuatoriano, interesándose en parti– cular de las tribus no controladas residentes en la Pre– fectura; 2) fundar colonias de blancos o de indígenas, espe– cialmente en la linea fronteriza; 3) abrir escuelas de enseñanza primaria y agrícola, y talleres de aprendizaje profesional; 4) fomentar y apoyar la apertura de nuevos caminos, que den acceso a las zonas inexploradas; 5) promover el adelanto moral y económico del Oriente; 6) organizar campañas sanitarias, para lo cual sos– tendrán botiquines y dispensarios y fundarán hospitales; 7) financiar y sostener económicamente las obras misionales, educacionales, agrícolas, etc. mediante los re– cursos que reciban del gobierno o de otras entidades. Así se pensaba, con un solo objetivo incuestionable: el bien del pueblo. En correspondencia el gobierno ofrecía amplias faci– lidades para llevar adelante esta tarea: sueldos de profe– sorado, sostenimiento de internados en la selva, etc. Se otorgará la carta de nacionalidad ecuatoriana a los mi- 87

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