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sabe: en 1955 se suponía 12.000; en 1960 se los calcula– ba en 500 (!). Y como ya indicamos, a partir de 1967 hay una ex– plosión demográfica. Por ejemplo, Coca o Francisco de Orellana, cuando llegó a establecerse en P. Camilo Múgi– ca en 1958 tenía tres chozas o ligeras edificaciones; die– cinueve años más tarde, cuando fueron sepultados Mons. Labaka y la Hna. Inés, contaba con varios milla– res de habitantes. Hay una población indígena, los que están vincula– dos a ·su· tierra y a "sus» tradiciones y cultura, y los ad– venedizos de otras regiones de Ecuador. Será interesante el que conozcamos más de cerca es– ta población aborigen. El Hombre Amazónico visto por Alejandro Labaka En unos de sus múltiples escritos sobre la realidad viva de Aguarico, el P. Alejandro nos daba su reflexión sobre las minorias autóctonas del Nor-oriente ecuatoria– no. Era una reflexión para encarar cristianamente los problemas que suscitaba la ocupación de la selva por el petróleo, una reflexión a la luz del Vaticano 11 y de asambleas en defensa de los indígenas: Melgar (1968), Caracas (1971) e Iquitos (1971 ), adonde había ido como representante de la Conferencia episcopal ecuatoriana un misionero de Aguarico, el P. Juan Santos Ortiz de Vi– llalba. He aquí cómo ve sociológica y culturalmente el P. Alejandro el panorama que tiene delante. ·Nuestro oriente forma geográficamente parte de la Región Amazónica y presenta un valioso mosaico de culturas que enriquecen el pluralismo de culturas de nuestra Nación Ecuatoriana y pluralismo de culturas de la Hoya Amazónica. Los 20.000 Quichuas, los 12.000 Shuaras (Jívaros) y otros aborigenes en menor número pero con lengua y costumbres propias como los Cush– mas: Cofanes, Sionas y Secoyas; los Aucas (Aushiris o Huaorani); los Záparos y los Tetetes serían otras tantas pruebas de esta pluralidad de culturas del Oriente ecua- 84

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