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IV Alejandro en la Iglesia de Aguarico Perspectivas Un historiador de profesión con larga carrera en el oficio, el capuchino que ya conocemos en esta historia, P. Lázaro Iriarte, fue llamado por los hermanos de Aguarico para escribir los primeros XXV años de anda– dura de esta naciente Iglesia. El P. Lázaro fue a la selva para ver gentes, obras y archivos, todo ·in situ•. "No me ha cabido la suerte de ser uno de ellos -se refiere a los misioneros-, pero los he visto de cerca, en el tajo; he convivido con ellos sabrosamente; he viajado con ellos río abajo y río arriba; les he oído alternar con los indígenas en la lengua de éstos e identificarse con ellos como si fueran también hijos de la selva·. Así comienza su obra, compendio breve, que tituló: ·Aguarico. Un em– peño de Roturación Evangélica en dos tiempos, 1954- 1979" (162 páginas). Lázaro lriarte entiende que la historia de estos pri– meros años de Aguarico hay que dividírla en dos p artes. En 196 7 comienzan a aparecer en la selva las com– pañías petroleras que provocan una verdadera transfor– mación social. Hay una afluencia grande de colonos, personal ecuatoriano que de la otra vertiente viene a la selva en busca de mejor fortuna, se hacen carreteras y la jungla comienza a poblarse. Pero aparte de esto va 81