BCPAM00R16-4-48000000000

Los religiosos, al llegar, se instalan en la pobre casa cural: dormitorio común para tres, durmiendo el cuarto en el pasillo; si llega un huésped habrá que acomodarlo en el despacho parroquial. Al año siguiente se construyó nueva casa con ocho pequeños dormitorios. En Pifo se ha conservado una cuidadosa crónica que narra en 42 páginas el ambiente y las incidencias de aquellos años iniciales. Llama enormemente la atención el raro ambiente de protestantes y católicos; plantea– mientos miopes, vulgares, a gran distancia de lo que se ha respirado en el Concilio. Damos de lado a anécdotas que resultan muy ruines. Los religiosos tendrán que tener muy en cuenta esta situación en la que viven, para desarrollar, por ejemplo, en el Octavario por la unión de las Iglesias la temática que recoge la Crónica para el año 1957: la Biblia y el Bautismo, la Biblia y la Confesión, la Biblia y la Eucaris– tía, la Biblia y el Purgatorio, la Biblia y la Virginidad de Maria, la Maternidad, Corredención e Inmaculada Con– cepción de Maria; la Biblia y las imágenes, culto de reli– quias y de santos; la Biblia y la Iglesia (una, santa, apos– tólica...). Los protestantes superan en medios a los católicos, pero las gentes sencillas por tradición y sintonía se sien– ten con alma católica. "Desde que estamos en Pifo -es– cribe el cronista, aunque no podemos precisar fecha– ninguno de nuestros feligreses ecuatorianos ha muerto como protestante•. La parroquia, los enfermos, la escuela En esta parroquia de San Sebastián se hace lo que cumple para estas personas que, en su ignorancia y con no poco analfabetismo, tanto veneran la religión: doctri– na cristiana y sacramentos. Las haciendas obligan a multiplicar los servicios, y se hace todo lo posible para que en ningún rincón falte el cumplimiento anual. Desde el principio de la fundación los capuchinos pusieron un dispensario católico, regentado por Fr. Ale- 65

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz