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sua. Todos ellos, excepto el hermano Antonio, iban a ser los integrantes de la nueva fundación de Pifo. El 10 de abril arribaron al puerto de Guayaquil. El 16 de mayo se hacía la solemne entrada de los capuchinos en Pifo, designado como superior de la comunidad y párroco de la feligresía el P. Alejandro. El establecimiento de una comunidad en Pifo era de– seo ardiente del anciano cardenal Carlos Maria de la To– rre, arzobispo de Quito, que lo había suplicado al supe– rior de los capuchinos de Ecuador, P. Ruperto de Arizaleta, #por las entrañas misericordiosas de Jesucris– to• (carta del 23-11-53). A la necesidad general de la gen– te, sencilla e ignorante, se sumaba en este caso el que Pifo era un foco extraordinario del mundo protestante. Pifo dista unos 25 kilómetros de Quito, a una altitud de 2.555 metros. Desde 1931 se había instalado allí una emisora pro– testante, al principio con una potencia de 200 watios. El centro radiofónico ha ido en auge con el apoyo de nu– merosas denominaciones de Iglesias protestantes de los Estados Unidos de América, y en 1968 La Voz de los An– des, cuya sigla internacional es HCJB, disponía de una potencia de 270 kilowatios, seis transmisores con 18 an– tenas direccionales orientadas a Europa y América Cen– tral, de 80 metros de altura. Interesa, pues, al cardenal que la Iglesia tenga en Pi– fo una presencia viva y eficaz. Se hizo una entrada "triunfal•. Hay pifeños que toda– vía conservan fotografías de aquel día. Allí se ve al car– denal, a representantes de órdenes religiosas, delegados del Gobierno, con una concurrencia numerosísima de fieles y hasta más de 250 coches. Hubo misa campal y el P. Alejandro fue investido de párroco. La feligresía es el núcleo de la población -por aquel entonces unos 4.000 habitantes- más los indios que vi– ven en las haciendas, unos 2.000. Hay dos haciendas de 10.000 hectáreas (Paluguillo, Itulcachi), una de 5.000 (In– ga Alto), de 3.000 (Inga Bajo}, de 1.000 (el Tablón), y otras de 500 y de unas 100. La Voz de los Andes adquirió la hacienda Eya, de unas 50 hectáreas. 64