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suma: oblación y obediencia se armonizan en unidad perfecta Por aquellas fechas la superiora general de las Ter– ciarias Capuchinas, la Madre M.ª Luisa de Yarumal, lla– maba a sus religiosas Kansu. Las Hnas. Amelia, de Oroz– Betelu; Liberata, de Azcona; Agustina, de Sesma y Leontina, de Pamplona; dijeron adiós a las tumbas de sus otras tres hermanas que allí habían dejado su vida, y con lágrimas volvieron. Les acompañó el P. Eduardo de Legaria, y e] día 4 de marzo de 1949 llegaron a Pam– plona. Los comunistas entran en Pingliang Conforme pasaron Jos meses ciertas cosas se fueron clarificando. En la primavera del año siguiente, 1949, llegó a conocimiento del Superior un documento del In– ternuncio Mons. Riberi. Era clara la voluntad del Santo Padre: permanecer. Y así lo notificó el Superior a los misioneros en la asamblea que con motivo de los Ejerci– cios espirituales anuales se celebró en Pingliang en el mes de mayo. •Lo cual nos dejó tranquilos, -continúa el Superior en su relato- echando nuestra suerte en las manos de Dios». El día 30 de julio de 1949 (para los vascos víspera de San Ignacio) los comunistas ocupan la ciudad de Pingliang. Son los 1ibertadores" y empieza la primera fase de la 1iberación·. Cunde el pánico, pero de pronto no pasa nada: se respeta la religión, sigue el culto. Inclu– so se acrecienta el fervor de los cristianos, como intu– yendo que las cosas van a cambiar y se acercan los tiempos evangélicos de la persecución. No pasa nada..., pero están los comunistas, y Alejan– dro que ya tenía que estar en la nueva fundación de Tsingning, continúa en Pingliang. por papeleos y zanca– dillas que le van poniendo. En novíembre, cuando escribía a su hermano Do– mingo que el martirio no quedaba descartado, continua- 49
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