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Alejandro, el vasco de Beizama, tiene una nueva Pa– tria. Hasta el último suspiro no podrá quitarla de su co– razón. La lengua de Confucio La primera etapa misionera del P. Alejandro en Chi– na fue sumergirse en la lengua de Confucio, que para él iba a ser la lengua del Evangelio. Pero situémonos en la misión. Kansu es una provincia enclavada con cerca de 350.000 Km. cuadrados en el noroeste de la China conti– nental. En 1878, León Xill constituyó el Vicariato Apos– tólico de Kansu. Había unos 1.300 cristianos, herencia de la labor evangelizadora que en los siglos XVI y XVII desplegaron por aquellas latitudes jesuitas y francisca– nos. Este campo se dividió en dos circunscripciones en 1905; y en 1922 se seccionó de una de ellas un distrito de 88.000 km. cuadrados, confiándolo a los capuchinos alemanes del Rhin y Westfalia. Esta misión capuchina florecía y el obispo Vicario Apostólico se veía insuficien– te para tanto trabajo y promesa. Y pensó en ceder una parte a la provincia de Navarra-Cantabria-Aragón, que en la Orden era una provincia en auge. El ministro pro– vincial Joaquín de Beriáin anunció el proyecto pidiendo voluntarios (14-VII-1926). Al mes siguiente salía la pri– mera expedición (24-Vill-1926), los PP. Gregorio de Al– daba (de bautismo Ignacio Larrañaga) y Andrés de Li– zarza, d<>s guipuzcoanos profesores del colegio de Lecároz. En 1930 se constituyó la Prefectura Apostólica de Pingliang, siendo Prefecto el P. Gregorio, y más tarde Obispo, en 1950, al pasar la Prefectura a Vicariato. En el momento en que llegan Alejandro y el nuevo refresco de misioneros, la Prefectura con los recién veni– dos, cuenta con 17 sacerdotes capuchinos, 4 hermanos capuchinos no sacerdotes, 8 sacerdotes nativos -esplén– dido fruto del seminario-, 13 seminaristas teólogos y 14 del seminario menor, 6 hermanas terciarias capuchinas 39

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