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Se ha ido repitiendo la figura de estos mártires que muchos desean sean propuestos emblemáticamente al Pueblo de Dios en América Latina El caso de Alejandro e Inés tiene otros matices y cae fuera de este esquema frontalmente conflictivo, pero el caso de Alejandro e Inés es más que un caso ecuatoriano y tiene una signifi– catividad que fácilmente se proyecta al Pueblo de Dios en América Latina. Es un hecho que transciende fronte– ras, no simplemente por su espectacularidad, sino por su contenido. "El lenguaje del amor que todo el mundo entiende" Al mes de morir Alejandro e Inés, los misioneros del Vicariato Apostólico de Aguarico se juntaron en Coca (21 agosto 1987) e h icieron público un manifiesto de gratitud y de su parte en varios puntos una interpreta– ción de tod o lo ocurrido. Será una apreciación muy va– liosa para los historiadores, por provenir de primerísima mano, de quienes han compartido la misma aventura que su Obispo y su Hermana misionera, codo a codo. Acercándose el final de esta biografía, sea licito resu– mir todo en una frase que tomamos de la pluma de Ale– jandro: "el lenguaje del amor que todo el mundo entien– de·. En el fondo, y con la mayor simplicidad de palabras, eso es lo que pretendieron Alejandro e Inés, un gesto de amor con sinceridad, con humildad, sin cla– mores. Alejandro ni como misionero ni como obispo fue precisamente un teólogo, un ideólogo..., aunque su senci– lla y clara toma de postura está grávida de conclusiones. Alejandro e Inés hicieron en su vida lo que tenían que hacer al estilo de Francisco: amando. Me parece que expresa muy bien esta esencialidad del mensaje de Alejandro e Inés este párrafo que un mi– sionero de Aguarico escribía el 7 de agosto al hermano de Monseñor, P. Domingo o Txomin. 277

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