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Hoy (1 de agosto), redactó en la publicación mensual de su diócesis, 30 Días, un comentario breve y enérgico so– bre Inés y Alejandro. Decía de los indígenas: •... Ellos no tienen prensa, radio ni televisión que anuncie sus muer– tes; pero sí han muerto muchos y desde muchos lugares seguros para sus ejecutores. Los indígenas tienen valor para defenderse a su manera, en su ley primitiva, con sus medios y con lo que pueden utilizar para conocer y distinguir a quienes llegan hasta ellos como amigos o como enemigos. El misionero capuchino había realizado encuentros maravillosos de paz, de amor de hermano, de reconocimiento de las costumbres, cultura y valores de muchas tribus aucas. Todos sus encuentros fueron positivos. Le faltaban las tribus más temidas y Monseñor Laba– ka no tenía miedo y si lo padecía, también lo dominaba, porque había que llegar hasta todos y llegar con el mis– mo amor, con el mismo interés de hermano. Las tribus no tienen contactos iluminadores, reconciliadores. Nadie les dijo que el Padre Alejandro y la Hermana Inés eran amigos y sus lanzas les dieron muerte. Esta es la histo– ria, la que los hombre sabemos. Pero hay algo más, que no se dice, que no se piensa, que no se calcula. Y el tiempo lo dirá. ¿Qué dirá? ¿Sabes qué nos dirá? Que no fueron los Tagaeri los que mata– ron a Alejandro e Inés, sino los que violentaron a esos indígenas para conseguir una palma africana más o un litro de petróleo mas. ¿Qué vale más, la vida o el petró– leo, el hombre o la palma?· (agosto 1987). Todo este tipo de reflexiones ha tenido la considera– ción en el gobierno, en diálogo con la Conferencia Epis– copal. La prensa ecuatoriana del 26 de enero de 1988 anunciaba que el Ministro de Energía y Minas, doctor Santos Avite, y el Gerente General de CEPE Econ. Jaime Sánchez, comunicaban a la Conferencia Episcopal Ecua– toriana, a través de Mons. Antonio González Zumárraga, Arzobispo de Quito, la decisión gubernamental de sus– pender indefinidamente la exploración petrolera en la zona del río Tigüino, ocupada por la familia Tagaeri de la etnia Huaorani. 275

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