BCPAM00R16-4-48000000000

los?: y e · uaba: ·sería feliz de morir por ellos~ Me habló ta:. bién del proyecto de entrar a otro pueblo de la Amazonía, vecino pero enemigo de los Huaorani (los Tagaeri). La Superiora General reflexionaba en voz alta para toda su familia religiosa y sacaba unas consecuencias. Como conclusión os invito a llevar a la oración estos acontecimientos y escuchar la voz del Espíritu. Mi aportación es esta: - El Señor ha estado grande con nosotras y esta– mos alegres. El completa nuestro pequeño aporte hu– mano: •Los cinco panes y los dos peces: El pone lo demás y hace el mil.agro. Inés era una hermana nor– mal, con sus limitaciones como todas nosotras puso su pequeña parte: su gran espíritu apostólico y su amor total a los indígenas; el Señor completó su amor y lo coronó con el martirio. Fueron ya blan– queados y lavados en la sangre del Cordero. Es un es– timulo a nuestra debilidad. - Aún no hace un mes que clausurábamos en Bogotá el COMLA con el envió de misioneros para otros continentes: once Terciarias Capuchinas Lati– noamericanas recibían el Crucifijo de manos del Car– denal Tonko. Pronto, con otras hermanas Español.as, partirán para Africa. El Señor va poniendo en mar– cha el proyecto de expansión misionera. - El martirio de Inés nos lleva a otro cuestiona– miento de fondo: el mundo, la Iglesía, la Congrega– ción necesitan de mártires: Necesitamos volver a aquel espíritu primero del nacimiento de la Congrega– ción. ¿Cuáles son realmente las el.aves sobre las que queremos edificar nuestra vida? ¿Cuáles son los con– ceptos que manejamos en razón de nuestra ªrealiw.– cíón personal?" Aún está vigente la experiencia de Jesús y su mandato evangélico de dar la vida y per– derse a sí mismo sin cálculo ni medida por amor a nuestros hermanos. No limemos sus aristas, ni frene– mos la fuerza de su exigencia. Hemos optado por la 271

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz