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Monseñor unos 160 orificios y en el de la Hna. Inés unos 67. Por parte de las terciarias capuchinas participaron en esta operación médica María Luz Restrepo e Imelda Pérez. La Hna. Imelda, enfermera en el Hospital de Ro– cafuerte, había sucedido a Inés en el cargo de superiora. Siete años habían compartido juntas la vida. "Su capaci– dad de servicio ha sido sin límites..:, escribió. Las fotografías de los cuerpos traspasados de heri– das, insertas en esta Semblanza, son un testimonio esca– lofriante de verdad y de amor. La paz de los mártires baña sus rostros. ¿A quién mataron primero... ? La hermana estaba a mínimos pasos de la casa. Mon– señor estaba -obsérvese la foto- donde termina la sen– da que da acceso al pequeño claro del delante del bo– hío. Pudo ser allí o unos metros antes donde el Obispo, avanzando desde la chacra donde el helicóptero les ha– bía dejado a unos 200 metros, se despojó de su ropa y le dijo a la hermana: - ¡Adelántate, Inés... ! Y entonces Inés habría recibido el impacto mortal la primera... Otros conjeturan que el rostro de sufrimiento de Inés retrata el dolor que ella sufrió al ver caer a su amado Obispo... Dios lo sabe. Día y noche junto a los mártires La cuidadosa limpieza y preparación de los cuerpos acribillados se hizo interminable. Solo después de las 9 de la noche se pudo proceder al traslado de los cuerpos a la iglesia parroquial, pequeña iglesia que es la catedral de Coca, para celebrar una Eucaristía presidida por el Párroco, el P. Roque. "La iglesia estaba abarrotada de gente y comenzamos la Eucaristía, que presidí, con to– dos los sacerdotes presentes, también dos de la misión de los carmelitas, vecina, que llegaron esa misma tarde. 258 ____________________....._1111111111
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