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bre; al parecer el mismo del día anterior que no se es– condió cuand amos los machetes. Las mismas seña– les de acogida e invitación a bajar. Le soltamos dos paquetes con baldes de plástico y tazas de aluminio. Re– cogió los paqu etes y reiteró las señas invitándonos a descender..:. Monseñor concluye con fecha de Coca a 19 de julio de 1987 el último informe dejado sobre su escritorio, di– rigido al Sr. Ingeniero Edrnundo Rojas. Estos papeles y los fechados el día 15 quedaron a la espera de ser en– viados. Dice, y de n uestra parte subrayamos: Con la última evidencia de los signos positivos para un acercamiento per– sonal, se deci.de que Monseñor Alejandro Labaka y l.a Hna. Inés Arango, Misionera de l.as Terciarias Capuchinas de l.a Sagrada Familia desciendan, Dios mediante, el día 20 de ju– lio de 1987. ¡Preparados! "De verdad, Inés, ¿no te da miedo?" El día 17, viernes, Inés se encuentra en Quito, adon– de acaba de regresar de Bogotá. Allí recibe una llamada telefónica de Monseñor, quien le anuncia que el lunes, día 20, bajarían los dos a los Tagaeri. Será un primer encuentro de un par de días. Con ellos y sirviéndose de los machetes que han lanzado limpiarán un trozo de selva para hacer un helipuerto, y salvado este primer contacto, luego se continuarán las visitas normales de amistad. Así piensa Monseñor. El día 18, sábado, Inés entre sus hermanas terciarias capuchinas de Quito, en la ciudadela Andalucía, se en– cuentra dispuesta y deseosa para e l regreso a la misión. Regresa radiante. "Venía feliz,pues se sentía apoyada por sus hermanas y confirmada en su vocación -escri– be el misionero de Coca, párroco de la población, P. Ro– que Grández.- Las hermanas capuchinas comenzaron a vivir con intensidad el hecho de que su hermana Inés iba a entrar por primera ante los temibles Tagaeri. Vi- 241

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