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Inés abr e su corazón a una amiga Un par de semanas después de la carta que Inés ha– bía dirigido a la Superiora General, abre su corazón a una amiga, Myriam Mercado, consejera general y encar– gada de las misiones. La Hna. Myriam, originaria de la provincia de San José, a la que pertenecía Inés, en la ac– tualidad es miembro de la provincia de Santa María, uno de los dos distritos en que se dividió San José. Inés le repite cosas dichas a la general y manifesta de modo más directo algunas fibras de su corazón. La carta es del 12 de abril. He aquí a lgunos extractos: Ya me conoces desde siempre y sabes que mi úni– co ideal era el ser misionera, que soñaba vivir entre indígenas y que por fin se realizó mi sueño... ... Yo por una gracia especia.[ del Señor, me creo capaz de vivir allí y he estado con ellos quince dÚlS sola, sin que esto perjudique en nada mi vocación, es– píritu y amor a la comunidad; peligro entre ellos, ni el más mínimo; me siento feliz entre ellos como her– mana, amada y respetada y acatada, a quienes puedo ayudar en cuanto es posible... tengo que contar con la salud y fuerza que el Señor me da ahora,· el tiempo corre, las canas aumentan, la vejez no viene sola y no puedo perder tiempo:¿ te parece? ... Estoy decidida a correr el riesgo así tenga que morir sola y abandonada entre ellos. ¿Crees que des– pués de tener entre mis manos el sueño de toda mi vida he de querer dejarlo así no más? Creo que lo ves de la misma manera... Te juro, Myriam, que siendo ésta una de las cosas más incómodas, no he de que– rer algo para mi persona o interés personal.. pero no es mi objetivo ni fue nunca., cuando elegí venir a la misión; somos el Obispo y yo los que hemos puesto nuestro ideal en este pueblo y es por esto que quiero ayudarle a él que también desea la evangelización de este pueblo. Ahora han encontrado un grupo de ellos mismos,pero que aún viven en estado salvaje y son feroces; en este caso el gobierno ha acudido a Mon- 231

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