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Inés, preocupada por la conducta de los Huaorani Siguen los problemas. Comunican a Monseñor en el mismo mes que desaparecen de la Compañía comida, ollas, gasolina. Monseñor hace plan de trasladarse al lu– gar de los hechos, acompañado de la Hna. Inés y de la Hna. Elvira Fernández, ésta Misionera Dominica, y estar del 7 al 11 de junio. Monseñor razona que los Huaorani no son ladrones. Ellos habían traído a la Compañía ha– macas, cerbatanas, coronas de plumas, animales exóti– cos, y no se han considerado bien pagados; por eso, han tomado la justicia por su cuenta... En la Compañía había 5 trabajadores Huaorani que se han marchado. No hemos salido de un problema y entramos en otro. El 9 de agosto el Sr. Jorge Viteri, engargado del personal de la CGG y buen amigo de Monseñor; le escri– be que en dos lugares han aparecido lanzas cruzadas, y ~como es natural esto nos preocupa a todos, pues como usted sabe la CGG jamás desea correr riesgos innecesa– rios y por encima de todo está la seguridad y la integri– dad física de nuestros trabajadores... Ojalá algún mo– mento pueda disponer de tiempo para irnos a ver y si es posible a rescatar las lanzas que deben aún permane– cer allí·. Los robos -o las sustracciones- continúan y au– mentan. Han robado explosivos que se emplean en los trabajos de perforación: 12 explosivos rojos, 38 azules y 12 fules. La Compañía da cuenta a la autoridad militar de la zona. El 21 de noviembre del 86 Monseñor escribe a la CGG: ª... l. Hay que tener presente que estos grupos n o se han incorporado a formas tan distintas de la civilización circundante. 2. Reaccionan violentamente contra la prepotencia, amenazas y mezquindad en otorgarles alimentos u otros objetos que a ellos se les antojan. · 3. Considero muy importante que objetos peligrosos o de valor, las Compañías tienen que ver la forma de guardarlos en dependencias o cajas bien cerradas y cus– todiadas. 224

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