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Mi premio ha de ser, oh Madre, al pie de un árbol morir, de todos abandonado, de todos menos de ti. ¡Bendita mil veces diré al expirar, la hora en que me enviaste la fe a propagar! Esa era la espiritualidad misionera que se enseñaba en el colegio. El ideal de misiones ardía al rojo vivo, en– tre otras cosas porque hacía pocos años que los capu– chinos de esta circunscripción habían tomado a su car– go una misión en China, la Misión del Kansu. A los muchachos enardecían las heroicas gestas que contaban nuestros misioneros. El Anuario Misional de la provincia relataba la aventura de los PP. Fernando de Dima y Bar– tolomé de Puente la Reina y del Hno. Fray Isidro de Ar– tázcoz, secuestrados y apaleados por los bandidos en 1933. Aparte de China también se podía ser misionero en otros países lejanísimos como Guam y Filipinas, Chile y Argentina. Es decir, el ancho mundo estaba abierto de par en par para aquellos pequeños muchachos que se preparaban para ser sacerdotes, arreando al latín y al balón, en aquel tiempo siempre vestidos con el hábito de "seráficos.. y el pelo cortado al cero. Saltó la chispa y ya desde entonces Alejandro tuvo una ilusión en su alma: ser misionero en China. Los dias misionales destacados eran Cristo Rey, San Francisco Javier, San Fidel de Sigmaringa (mártir capu– chino) y también la Patrona del Colegio, la Divina Pasto– ra. El momento espiritual del dia era la capilla; pero ha– bía tamhién una conferencia misional, a ser posible a cargo de algún misionero, y por la tarde una velada mi– sional con alguna representación escénica. A la sombra de Mariam, Entre lágrimas, Chao, Tatín, El Div ino Impa– ciente... son títulos copiados hoy de los aquellos progra– mas de los días misionales de tiempo de Alejandro. 20

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