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Cosas de nervios. Monseñor y Manuel están lamentando no haber llamado al fotó– grafo Enrique para que quedara constancia de un momento histórico... El capitán de la "Machaca" estaba muy nervioso porque tenía que llevar tres ataúdes y no le prendió el motor... A nosotros no nos fue mejor: Apenas emprendido el vuelo, un sol– dado, inmutadísimo, se levanta de su asiento y, enseñando su magní– fica máquina "Polaroid" grita: - ¡Volvamos, mi Coronel, volvamos! ¡La cinta, la cinta, me falta la cinta! - Sigamos, que no vamos a una farra - dice el Coronel, mirándole en- tre airado e irónico. En el Tigüino. Después de media hora de vuelo el helicóptero descendió cerca del río Tigüino. Escuchamos a los trabajadores y a su jefe de topografía; inspeccio– namos lo que a simple vista se veía, y regresamos a Coca, 19 personas en un solo viaje, con su equipaje y dejando abandonado todo lo demás hasta nuevas órdenes. Así quedaba, por el momento, suspendida la operación en las cer– canías de los sucesos sangrientos. La Prensa nacional. Sábado, domingo, lunes, martes: La Prensa nacional se hace eco, del hecho sangriento con profusión de noticias. Como éstas son en sí muy cortas, se las infla contando con grandes detalles todos los ata– ques hechos por los Huaorani, principalmente haciendo resaltar lama– tanza de los mártires americanos lingüistas de 1956. Monseñor tiene mucho cuidado de que se archive todo lo que nos van contando en estos días. Además se le ve muy preocupado por las consecuencias que puede traer el conflicto entre los Huaorani y la ope– ración petrolera. El lunes, día 7 de noviembre, preparamos un informe y una solici– tud al Supremo Gobierno Nacional, pidiendo se respeten los Derechos Humanos y se adjudique una Reservación para todos los grupos, for– mando una Región Huaorani. 84

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