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A las 7,55 llegamos al campamento "Dos Hermanas". Lo bautiza– mos así porque aquí pasaron la noche las Hermanas Tigantai y Onae. ¡Increíble! La cruz que pusimos como señal parece estar sobre nubes. Manuel hace los cálculos y dice que hay siete metros de diferencia en el nivel del río desde cuando se puso esa cruz, que fue en el mes de ju– nio. Quiere decir que entonces navegamos sobre las copas de los yut– sos y ahora por debajo de las raíces. A las 9 de la mañana estamos en la confluencia del Dicaron y del Cahuimeno. Decidimos seguir por éste, después de haber inspecciona– do el helipuerto, que está totalmente remontado. Tras media hora de dificultosa navegación decidimos regresar y probar suerte por el Dicaron para llegar a casa de Ompura. Son las 11,30. Wilfrido lleva ya cortados muchos troncos. Hacemos parada y fonda: queso, plátano y pan. Manuel nos obsequia "café Ya– maha", con agua recogida del chorrito de refrigeración del motor. Di– ce que aprendió de Juan Santos, cuya fiesta celebramos desde estas vís– peras. Para la 1,30 de la tarde Wilo ya ha hecho la digestión, cortando en lonjas un árbol sumergido en el agua y bañándose en cada golpe con un surtidor. A pesar de todo, no podemos hacer pasar la canoa. Se nos ocurre mirar cien metros adelante y vemos el paso completamen– te obstruido por una tremenda palizada que nos llevaría una semana desbrozar. Nos miramos los tres, sonrientes, sin palabras. Wilfrido rompe eJ silencio: - Padres, vamos andando por la selva. - ¿Te atreves a orientarte? - Sí. - Pues, andando. Dejemos todas las cosas aquí. Amarremos la canoa. Lle- vemos una lata de atún, unos polvos "Yupi "para hacernos algún fresco, unos chupetes para los niños y unos collares para las mujeres. Wilfrido va abriendo camino por la tupida selva con su machete. No duda un momento. Sabe a dónde va aunque es la primera vez que camina por esta selva. Comienza a llover. - ¡Claro! - dice Wilfrido - Es primera vez que caminamos por aquí; ade– más estamos cortando mucho monte y por eso llueve. Manuel y yo seguimos de cerca, totalmente confiados en el guía. Una media hora después encontramos la trocha de la Compañía; siguiendo ésta, en una variante: - Auca ñampi (camino de Aucas); estas pisadas son de ayer -nos dice Wilfrido-. 154

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