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XVII 22 y 23 de junio de 1979: Viaje en helicóptero. Desde nuestra anterior visita seguíamos muy preocupados por el estado de salud del viejo Nampahuoe. Por eso aproveché la oportuni– dad que me brindó Cepe para volar al pozo Yasuni, donde estaban los tractores preparando la plataforma para la torre perforadora. Salió una mañana muy nublada y lluviosa y no pudimos aterrizar en el pozo Ya– sw1í, teniendo que volver al pozo Sáparo, donde estaba perforando la Compañía H.P. Hacia las dos de la tarde hicimos un nuevo intento, consiguiendo aterrizar en el pozo Yasuní. El tractorista nos comunicó que hacía cua– tro días que los Huaorani no asomaban por ningún lado. Mientras los ingenieros hacían sus trabajos técnicos, caminé hasta las casas de Cai e lnihua. Efectivamente, las casas daban aspecto de estar abandonadas. No tenía tiempo ni me hubiera atrevido a caminar solo hasta la casa del viejo Nampahuoe, que está a unas dos horas de camino. Regresé a Pompeya sin poder averiguar nada y con la angustia de la posibilidad de la muerte de Nampahuoe. 10 de julio de 1979: Reunión de alto nivel. Monseñor Jesús Langarica había enviado un informe a Cepe sobre la situación general de los grupos Huaorani y la conveniencia de sus– pender definitivamente los trabajos petroleros, sobre todo en el área de los Tagaeri. Los personeros de Cepe, considerando el informe, accedie– ron a la propuesta de Monseñor de tener una reunión en Quito. El día 10 de julio nos reunimos en Quito las siguientes personas: Por Cepe: Sr. Peñaherrera, Director de relaciones industriales; Sr. Myr. Luis Gudiño, jefe de seguridad física y Sr. Ing. Molina, del depar– tamento de producción. Por CGG: Sr. Gilbert Heib, Gerente administrativo de CGG y Ledo. Baquero, abogado de CGG. Por la Misión: Monseñor Jesús Langarica y P. Alejandro Labaka. 147

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