BCPAM00R16-4-35000000000

La próxima visita. Cientos de veces tuvimos que repetir la fecha aproximada de nues– tra próxima visita. Y como otras veces tuvimos que barajar los nom– bres de lluvia, ríos y lunas. Después de cuatro dedos y medio, es decir, cuatro meses y medio lunares, cuando las lluvias hayan arreciado y, en consecuencia, los ríos se hayan hinchado, vendremos. Y vendrán tam– bién las mujeres extranjeras. Porque eso sí, lo prometimos casi en se– rio, ya que no podíamos dar explicaciones convincentes de por qué no habían venido en este viaje. En nombre de las Hermanas les dijimos que están deseando ir a verles y que no tienen miedo; por su parte los Huaorani aseguraron que les esperan y que se portarán bien con ellas. De nuestro lado nos quedó la sensación de que no hubiera pasado nada en este viaje y que, por otra parte, el Evangelio no crecerá lozano sin el calor de los riesgos sufridos por los misioneros y misioneras por igual 115

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz