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como éste. Las palabras son aire; el ejemplo, roca donde edificar la ver– dad. ¿Puede alguien dudar que esa firma en rojo de Alejandro, con los trazos indelebles de las lanzas, a su intento de convivencia con los Huaorani, le añada una legitimidad incomparable? Pero tampoco es únicamente por eso. Aunque no '111biern muerto nsí, lns pnlnbrns de este re– lato tie11e11 tnl nufenticídnd que convencen por sí 111ísmns, ha dicho uno de sus lectores; alguien de otro país y cultura, que jamás conoció a Alejan– dro.2 ¿En qué consiste, cómo se consigue tal legitimidad? Miles de páginas se han escrito sobre ese pueblo minúsculo de la sel– va, los Huaorani, y sobre su último clan autónomo (llamémosle Tagae– ri); buena parte de ellas por gentes que convivieron con ellos más o menos tiempo y se alaban de conocimientos muy superiores a los de Alejandro. De todo ese cúmulo de palabras quedarán muy pocas úti– les para el presente y, casi ninguna, con interés permanente para lama– yoría. Sin embargo, estos papeles de Alejandro, redactados sin preten– siones, se salvaron del naufragio del tiempo, del cambio acelerado de los intereses, y siguen concitando todavía, incluso ampliando, el en– canto primero. ¿Por qué? Para entrar en respuestas acertadas, lo mejor es dejarse llevar por su lectura. Naturalmente, sería preferible situar esos hechos en su contex– to histórico, saber de qué Ecuador hablamos al recordar ese final de los años 70 en la cuenca del bajo Napo nacional, donde se sitúa la CRÓNI– CA. O, desde Juego, echar la vista atrás, hacia el convulso final del año 1987 en la región, cuando Alejandro e Inés murieron, lanceados, en la orilla de un pequeño río desconocido por todos: el Tigüino. Hay un ti– po de significados que sólo afloran cuando las cosas se sitúan, de for– ma conveniente, en su contexto.3 2. Véanse testimonios, recuerdos y opiniones de variadas personas sobre la trayectoria del m1s10· nero en otra publicación que se hace de forma paralela a esta: TRAS EL RITO DE LAS LAN· ZAS, vida y luchas de Alejandro Labaka. Clcame. Quito, 2003. 3. A los Interesados en esa lectura más contextuada y específica recomendamos otras publicacio– nes complementarias de Cícame: Los Huaoranl en la historia de los pueblos del Oriente, un aproximación h1stórlca al pueblo Huao y un repaso documentado de tos últimos momentos de la vida y muerte de Alejandro: Arriesgar ta vida por el evangelio, biografla del misionero: Los últimos Huaoranl: etc. 8

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