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(VI) '.Aqttí el pasmo. ~qU:í la admir~cion . .Aqui la accion de grac~ al ,.,odopoderoso por tan fe– liz descubri.mrent·o ;. y a,quí \a~bien el apresu– rarse todÓs á ver con s~s propios ojos el mi– lagroso suceso, si·endo. müchos test·igos y par– tid pes de imlecibles l>enefir.ios que obtuvieron en sus necesidades por la media.don del Santo Appstol El .cadaver, del llust.re pe~egrino ~ué ent¡;rrado seg:unda vez con mas ~olemnidad, ,Y grabándose s.ohre su sepuJcrO. las in,sign.ias ~e Pr.elado. · Los RGyes di! Na:var-ra Meic:r.on si'cmpFe grl\nde e5tiÍnaqion de tan ri-co. tesoro, mirán"I: dülo como la mejor joya . de su C(~ron", Por eso el ·Rey D. Carlos 2." d-e Nav!lrr.a ma-J:1dó cori'struir la rica y precfo$a urna de phita. fe-: )igranada, en que se ven e~ .ta Santa Espalda, de pesp de treln,ta y un mar<"os, ó· lo que es Jo mismo ve.ihte libras y ocho. onzas;. en el a~-º de 1.37 3. El inv~cto César Car-tos 5.• hiio. una donacion de doscientos ducados en el ario de 15'52, y su hryo. Felipe ~l.'\ pasan® por esta Ciudad el año de 1592·, franqueó oira