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ña , y ea la Iglesia que ha condenado los errores de Ltr.. tero , de Cal vino , de Wiclef, de los i\Iarsil ienses , de los Spalatos, de los Febrooios Eybeles, Pistoyeoses, y Car– bonarios. Nosotros, contiooabais en los sentimieotos de vuestra conciencia, hemos jurado , y profesado guardar la Regla de S. Francisco , y ea este, y con este hemos prometido solemne obediencia irrevocablemente al Gene– ral Ministro de esta fraternidad Capuchina segun la ex. presion , y mandato que en el capítulo octavo de Ja re. gla, dice: todos los Fray /es sean obligados firmemetlte á obedecer al General Ministro de esta fralernidad ; pues 2c6mo, ni con qué facultades se nos releva de esta obe– diencia, que hemos prometido no á otro, sino al Ge– neral sucesor de N. S. P. S. Francisco, y por él al su– mo Pontífice Generalísimo , y Soprerno Prelado de to– das las ordenes Religiosas? Pero el Ministro General es. tá suprimido ea el egercicio externo de sus facultades. y perseguido, y desterrado, y expatriado por la autoridad civil, los Provinciales estao igualmente soprirnidos, Jos Prelados Locales no confirmados por aquellos , y nom· brados por el voto de un capírolo cooveotoal son nulos como poestos sin la forma caoóni.:a expresa en nues– tras sagradas coostitociooes , aprobadas por el SS. Papa Urbano octavo. ¡Ah! ¡qué desgraciada, y fon.esta situa· cion la ooestra, deciais, no sin lágrimas de vue~tros ojos! i qué baremos? é qué partido tomaremos? "é a dónde ape– laremos? Mas á donde sioo á fos montes Santos del Pa· dre de las misericordias, diciéndole como otro Jeremías: recordare, Domine , quid acciderit nohis , int11ere, et res· pice opprobritJm nostrum ; volved , Seiíor, vuestros ojos hácia ouestra desolada sitoacioo sin conventos, sin Or· den, sin asilo, .perseguidos, abandonados, sin guia, sía Padre , sin Prelado , y sin Pastor, pues Ja mano de aquel enemigo comuo nos le arrebató, le hirió coo el injusto azote, y seoteocia de deportacion, de expatriacion , de iocomooicacioo. ¡Ah! se rompió eo Espaóa la dulce , Y llermosa onion del Padre con los hijos , y de éstos coa aquel: Fué herido el Pastor , y se dispersaron las ove·