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. .{ 30 ~ gre? Muy. al- contrario ; la sangre de sus fundadores , ha fertilizado siempre los campos de la Iglesia : ella clama– rá al Cielo co.o mayor eficacia qlle Ja de Abél por la venganza de los homicidas p érfidos que la derramaron. Aquel D ios que vela siempre en la custodia de Israel , no tardará ya en mandar ángeles exterminadores que acaben de un solo golpe con ellqs, como el otro con los Egipcios (32): ellos mismos en medio de sus desgracias , y entre las ruinas de su total exterminio , que ya les amenaza , cooperarán á pesar suyo al honor y fama inmortal de aquellas victimas, que inmoló tan impiamente su mas anárquii:a feror:idad. Consolémonos pues ya OO. mios: que si se presentan nuestros :Misioneros como objetos de sumo horror en so sin.. guiar y violentísima muerte , se presentan no menos como objetos de sumo honor en los singulares triunfos que su muerre misma inmortaliza. Me parece estoy contemplando ya. bajo el altar de Dios, á la cohórte toda de los márrires pues-1 ta en movimiento , apresurándose para agregar á sus trian-· fantes escuadrones los que tanto se asemejaron á sus mé– ritos : si , yo imagino y ¡ con cuanto fundamento ! yo ima– gino á la corte del Cielo engalanada y gozosa disponiéndose: para reci bir á aquellos , de quienes el Mundo oo era dig– no : los espíritus todos del empíreo , templan ya sus músi-• cos instrumentos , ordena.n las mas magníficas procesiones. y salen al encuentro á nuestros esclarecidos Héroes de Gua– yana : sus cruentos sacrificios , unidos al incruento y divi– nísimo que acaba de o(recer este digno ministro y compa– fiero (33) en las, a:i:as del santuario , se presentan ¡ 6 Dios mio I ante vuestra excelsa magestad , ante vuestra ioagora– bl~iedad , para que en las perpétuas eternidades, lu~ per.; petua lu;;eat eis cum sanctis tuis in a!ternum. Amen. >