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-< 24 >- murieron rrnestros Misioneros, ya se eclipsaron las lumbreras de la provincia de Guayana. Toda Ja Iglesia católica y hasta el trono mismo de nuestro adorado FBRNA:\'Do vu se ha estremecido y resentido de este te.nibilí.simo golpe de la muerte (26). ¡Proterva insurreccioo ! j execrable mons– truo de la anarquía ! ¡ quien no te aborrece con un odio implacable , á vista de tan horrendas escenas, fruros natu– rales de tu corrompido seno f Mas, hechémos ya un es– peso velo á tanta tragedia : dej:!mos tan lastimoso espectá– culo : cambiémos teatro de tanto horror , conso.lándonos en la perspectiva gloriosa del honor. PUNTO SEGUNDO. Dios : nuestro soberano Dios , cuya providencia todo lo dispone fuerte y suavemente segun frase de la Sabidu– ría ( 27), siempre ha juzgado mejor dice S. Agustin ( 28), sacar bien de los males , que dejar de permitir mal al– guno. Registrad las hojas de Ja Escritura santa , y repa– raréis su particular conducta ácia aquellos insignes héroei ·que ha tenido á bien honrar y glorificar: veréis que los principales honores con que los ha condecorado, les han resultado pri ncipalmente de las tribulaciones y penas: en medio de ellas han resplandecido su:; triunfos como el lirio entre las espinas. Un Job , un Tobías y un Josef; un l\foysés, un David y un Isaías ; un Jeremías, un Da– niel y una Susana ; ¿ como los viéramos exaltados á la cumbre de las glorias y laureados con 1a brillantez de amigos de Dios ? ¿como percibiera el Mundo Ja fragan– cia de sus virtudes , á no haber sido estas combatidas por los furiosos vientos de la contradiccion que sacudiendo sus plantas , extendieron por todas partes sus aromáticos olores? Apóstoles santos , martires gloriosos , confesores sagrados~ vírgenes cándidas , almas todas segun el corazon de Dios; no hubierais sido tales, ni respetáran los siglos el berois– JILO de vuestra virtud y fidelidad , si Jas cruces y las par- '

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