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7S lícito los derechos de su re!igion , y los' de su sobera • no: participará por nece>idad, de los gages que J esu– cristo a;igna á sus apó,tole., , el ódio, la persecucion , la m uerte -con que el mundo ha pagado siempre á los dis· cípulos del S:dvador. La España esté sobre a viso. El proyecto de la filoso– /za eo, deshacerse de todos los mii;i stros dez' Sa11tttario. Si p rfocipi<1 por los regulares , es porque son como unos exércitos bien fom1ados á las ót·denes de sus gefes, dispuestos siempre á defender la iglesia en tod() el or– be cri>tiano. El clero secu lar está menos unido: sus in– d ividuos son {en e l jLiicio de.los filósofos) como las par– tida> de guerril!a que pelean sueltas , de qu ienes no te..,. men mucho : ó como unas divisiones aisladas, que no sostenddn el cuerpo de regulare~; antes bien muchos se alegrarán en su exterminio por sus rivalidades. Atacan el centro y cuerpo mas numen:iso, para flanquear las ,alas , y batírlas en detalle: si logran su intento, y las mayores foet·zas se destruyen, las menos por precision tendrán que capitular. Quando la .España pierda lo.s re,.· guiares, la> parroquias y sus catedrales se verán desier– tas de sus ministros: la extincion de aquellos será el pri– mer bando para suprimirá estos: si los primeros faltan,. los segundos no subsi.sten. No vaticino: sot1 ilaciones de hecho<; <;onstantes e1~ todos los siglos, y recientes en la historia de la iglesia. Véase á la F rancia : consúltese á la Italia : hable el Austria.... Impuestos ex6rbit<1ntes, sub>idios enormes, contribu– ciones extraordinarias han .sufrido todas las iglesias de España en los veinte años últimos. En la guerra pasa– d~ se calculaba , ascendian los réditos qu e pagaban 'í un setenta y cinco por ciento, quando al est:ido seglar no se le at1ibuia mas que un ~eicte y cinco. Despues se_han au· mentado sus impuestos. Con pretexto de amortizar la deu • da pública, se sacaron bulas para apode rarse de las obras p.ías: sucesiyamenJe se han ido.extrayendo las alhajas mas