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"63 conquistado las C!emas. · Aun .nuema España estaba dividida el'! si mislna. Sus ministros, su generales, sus soldados no caminaban á un fin. El zelo de la religion que llevó alegres á los es– pañoles á I.a guerra se dexó sentir en el pecho sen– cillo del soldado siempre fiel á su patria y á su re– ligion; pe_ro muchos de lo.s que le habían de conducir á los combates , y enseñarle el camino de la victori11, eran en gran parte públicos admiradores del frances: no alimentaron aquel fuego, al instante desapareció, su calor fué como la del fósforo , que ni aun se lle– ga á sentir. Nuestros consejos , de quienes debían salir las ór– denes y los planes para los exércitos , se procuraron ganar por el partido frances. Las intrigas introduxe– ron á sus partidarios (que cada día se aumentaban) hasta lo interior del palacio. Florida Blanca fu~ remo– vido del ministerio, siendo la pr~mer víctima que sa– crificaron á sus ideas los agentes de la_Francia. El con– de de Aranda que -le reemplazó fué desterrado tam– bien por los mismos medios. Así recayó la direccion de España en manos de un Godoi , solo dado á conocer ántes á la ·nacion por su palacieguismo , su guitarra, sus amores... E,tas era11 las únicas ideas , y los ·solos méritos que lle_vó· para tomar las riendas del gobierno este ministro inmoral , irreligioso , d¿bil por ' naturale– za , por principios vil , en su palacio un Cínico ó un Si varita, en su ministerio UJJ déspota, un Sultan. Ta– les prendas hiciéron á Godoi d rnini,tro mas útil para los partidarios franceses en España: y en efecto , él es el que ha contribuido mas que todos sus emisarios ex¿r– citos y generales para nuestra destruccion. La España desde esta .!poca prfocipió á caminar á su ruina. Solo veinte años han bastado para hacer que haya desaparecido toda su grandez_a, toda su mage.>– tad. Puso generales á su antqjo; los depuso -por su pa.,.

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