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46 reinos y' se esparcen por toda la tierra , llevan·do ea una mano la tea de la discordia , y en la otra el oro y el veneno con que seducir, dar muerte y conquistar. Mugeres que á expensas de s4s favore.s · y de su ho– nor se ganaron la amistad y confianza de su gobierno, iniciadas en los altos misterios de la . aeplomacia filosó.:. fica francesa, forman las partidas de guerrílla de aque– llas columnas destructoras; se introducen hasta las trin– cher,¡¡s de los Reyes, en los gabinetes, en los palacios~ con los ministros' , con los c.orte•a'nos., y con sus alha– gos y sus amores preparan los grandes triunfos que ob– tuvo. la Francia en los principios de su revolucion , y. <¡ue aua no han de:racfo .de conseguir , porque tales emi'– sarias no han dexado de intrigar. Segur es· el enviad-0 á P rusia en noventa y uno: Fe· derico 6uillermo no le permite presentar sus credencia- . les "á pes~r de sus tramas con los iluminados y filósofos para su ad¡nision." Un libelo parto de su resentimien– to contra aquel m011arca , esparció en todos sus domi-:– nios, para llenar de alguh modo el objeto ·de su mi– sion. Duroc, su sucesor, tu'\IO mejor suerte .: ganó el ga· binete •de Bet:lin , se introduxo hasta los retrete• de pa-, · lacio , traxo á su amistad particular á la Reina , y se unió para el feliz éxito de su empresa á el político Lu– chesini , aquel gran filósofo que dexó la Italia su pais, y prefirió para su mansion á la Prusia , por admirar 'de cerca y doblar su rQdilla ante el gefe. coronado de su filosofia el grande Federico. A el conde de Hauguvytz llamado por Talleyrand el Sul1y de la Prusia , lo ga· n.J de suerte á favor de la Francia, que siendo .el agen._ te mas solícito el año de noventa y · dos en Viena , y noventa y,.qu¡¡tro en el Haya para unir los ingleses y alemanes contra aq.uella nacion, él mismo fué el pri– mero que se separó de la liga , ó por el soborno, ó por' la< intrígas. En el siguiente afio de noventa y cinco aJUS· tó con los francese> la. neutralidad arm~da en Ba>ilea;