BCPAM00539-2-01000000000

40 tad aquellos derechos que ligan todas las potencias, ha– ciendo de los hombres una sociedad: abolid las leyes que distinguen unas naciones de otras , y forman la diversi– dad de pueblos : al momento todos los estados amenaza– rán ruina, se destruirán por su mismo peso , y quanto mas agigantadas sean su elevacion y ·su mo1e , con tanta mayor prontitud experimentarán su caída. Segun estos principios inspirados por la filosofia y conocidos de los filósofos, la primera mcion que de- , clarase bancarrota general , que anulase todos los pac– tos que la unian cou los otro.s reinos, que se posesio– nase de todos los bÍenes de los pueblos y del particula r, que estableciese un nuevo órden en todo, que lisongease á los pueblos, diciéndoles, se iban á vindicar sus derehos abolidos por la tiranía, que todos eran iguales y libres, y los armase; poniendo á su frente quieri dirigiese sus fuerzas reunidas; necesariamente debía llevar tras sí to– dos los pueblo>. Las potenci~s limistrofes poi· precision le cederían su lugar, y se someterían á su imperio, si se viesen invadidas. Los godos, los hunos, los vándalos y árabes así dominaron multitud de naciones. La reunion de todas las fuerzas á un solo punto , el impulso uni– forme de todas las masas de una nacion , deben vencer qualquiera otro cuerpo que se le resista. ' El grande Federico de Prusia llegó á conocer la fa– cilidad del trastorno de la Europa estando á estos prin– cipios. Luis XIV dió algunos indicios de resolver con sus armas aquel problema político de la monarquía uni– versal de la Europa : sus aduladores le propusieron los planes para la conquista: la historia moderna de la Fran– cia ha probado que aquellas hipotesis de los sabios no se han quedado en meras teorías. Para resistir á la Francia en el sistema que. en su revolucion adoptó , se hacia indispensable que la Alema· nia siguiese ei mismo órden,: que la Prusia obrase por los mismos principios que la Esp¡¡ña se hubiera resud-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz