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36' El Rey rodeado de bay<?netas ,: hitimid'aao por los ge:– fes de la revolucion , avisado ser aquella la voluntad del pueblo, y amenazado con que á toda foerza se cum– pliría, se vió en la nec<»idad de firmar un edicto que dl·claraba la reuniou. De.,de e'te dia dexó ya de ser Luis XVI el suce•or dé los Clodoveos , Cárlos Magno y Lui– ses: rompió él mismo ~on su decreto el cetro de su imperio :. dexú caer la corona de sus. sienes , abrió el hoyo para poner su cadalso , subió el primer escalan de HI >LI plkio , dió toda su autoridad al piteblo que jamas usó de· ella en ju,ticia. El poder siempre fué en 1rnwos del pueblo la espada con que d mismo se ha divi– d iJo, el gemen de revoluciones, estragos, muertes, guer– ra.> inte,tinas. Hablen todas ¡.as naciones: "Si.rvan de testi– go; Grecia y Ro-ma : dígalo la Francia misma. Abrió jui– cio • formó el proceso al heredero de sesenta y dos reyes, q uito la vida en tm patíbulo al Rey que apellidó amable quando lo subió el trono..... Luis XVI ;,_a no. existe..... iTri.unfo la füosofia! ..... _ No el'a d verdadero pueblo contrario al Reí, ni á fa. religion; solo clamaba contra los abwos. Los filósofos que · habiaJl ·usurpado su representacion eran lo~ únicos ene– migos capitales de los monarcas , de la iglesia cristiana y de sus ministros. Ellos eran· los que usaban de las vo·· ces pueblo, nacion, •reforma·'· para destruir con semejan– te pretexto el al.tar y el trono , Henar iodos sus planes ~ubstitu.yendo en· lugar de la fe de Jesucrísto, y del' po– d~r de sus soberanos, el- imperio y el despotismo de la· irreligion y de la_falsa filosofia. Al iastante se decretan leyes contrarias á la inmu– nidad de la iglesia y de sus ministros. Se le habia exi– gido. al cler.o treinta millones , despues quatrncieatos~ á todo se prest-O á fin de no dar pábulo á la rebelion. Por– .úl.timo > se publican redimidos los diezmos, y las rentas. de las iglesias todas se dan por concluidas. ¡Ya están: cúm¡ilidos Jos deseos de Volte.r '· de Fede.rico el gran-