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2r9 Maria Santlsima-; vamos á morir por 1iuestra relígion, San– tiago y á ellor, estas son las voces que electrizan· el pe– cho español. Con los nombres de Jesus y de Maria, in- .. vacando los santos. de su devocion, asi .muere el soldado español, y asi es como debe morir el hombre de bien , el– verdadero católico, el justo. Lo demas si_que _es engañarse y engañarnos ( 1) ó so;tener los principios del materialis– mo y filosofia brutal. A la página 142 noté un principio de crítica que el Diccionario insertó en su artículo Verdad. La G_o11testa– cion le explica. (2) Ningun prestigio ó pasion me preo– cupó , quando quise advertir á los españoles las conse'– cuencias funestas, que de aquel principio se pudieran de– ducir. Juzgo que aun supuesta la glosa de la Contesta– -don, conserva su ambigüedad. "La iglesia es infalible, (afirma la Contestacion,- ) porque, lo dice Dios, su infa– libilidad está -probada, no ,por los hombres , sino por fa tradicion y escritura:... la iglesia no es infalible sino por la misma infalibilidad de Dios" asi la Contestacion ; mas como á esta tradicion y dh1ina escritura no damos nuestro ascenso, sino porque la iglesia nos ha dicho esta es la tra– dicion divina, esta es la palabra de Dios', _creed; (3) qualquiera podrá repetir con Rousseau, ''¿con que al fin, _ hombres nada mas los que · me hablan á mí? ¡siempre hombres!¿ por qu¿ no me lo dice Dios á mi!" 6 dirá se– gun el Diccionario, la iglesia q~1e es la que me dice, que aquella -es la palabra de Dios, y que cautive mi ente11- dimiento en su obsequio, es una reunion de hombres, ca– ya infalibilidad está probada, porque lo dicen ellos, pues ellos son los <¡Ue me subministran sus pruebas, po-r unos (1) Dicé. pag-. 109. (2) Pág. 37 y 38. (3) Ego Evangelio non crederemmisi me ecclesi12 como· veret autoritas. S. Agu-st. Lib. Co11tr. Epist. fund. C. ,5.

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