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14 cion. El resultado ' ~crá no haber en nosotros tanto error é impiedad como en la Francia ; pero no dexan de adver• tir~e tan funei.tos síntomas en nuest ro!i papeles públicos y sus autores : el número de lo~ sofistas ¿ incredu– lo> españoles no igualará con mucho al excesivo de la. Francia ; mas es una verdad indubitable que entre no– sotros no faltan. Nuestro caracter, en nada parecido al de los fran– ceses , no es veleidoi.o , ami6o de la novedad ; mas como á una conrinuad.l lectura de papeles gu~tosos por las ~ales de sus sátiras , agradables por su dulce estilo, buscado> con amia por las ideas bril !antes de reforma ¿ ilusrracion ; que !le procuran publicar con pomposoi círulos y grandes carteles , y aun dar á precio ínfimo.... á tantas pruebas no está hecha la constancia de la mu– chedumbre. Luego nuestra patria y nuestra religion están en pe· ligro no tanto por la irrupcion que han hecho en nues– tras provincias lo;; franceses , quaoto por la multitud de pro.. ~litos que han ganado á su partido , de que es una prueba indudable tantos periodistas y papeles público~ que se empefian en ilustrarnos á la francesa , es decir, pen·ertirnos. Para que la historia y la posteridad no diga de no-. sotroo; lo que de la Francia, ya que el Gobierno no pue– de impedir tanto mal por las circunstancias crtticas en que se halla , á lo menos para que no se nos impute i los ministros del Santuario que, ó no co11ocimos el mal , ó tw supimos á tiempo premverlo, descorramos el velo á tan– tos males , y quitemos la fatal venda que ha cubierto los ojos de alg•Jnos e~pañoles: lllg.imosle ver...... I. Los planes de la filosofia coutra la religion de Je· sacri~to y el estado...... ll. Practicados por (oc¡ filó~ofos francec;es para des– truir el trono de SU'S reyes y e1tioguir en su¡ domi-. ui<ts la fü del CrucificJ.do......

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