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128 siempre sumi.sa sus usos, sus·costumbres, las ·autorida:.. des , la,s ·leyes , sus i;nqparcas ., y ro¡ias sus in$tit.ucio– pes antiguas. En Madrid y 1 eq' Se.villa no. se ·atrevió. á publicar el Semanario co¡i toda extension sus ·nociones y sus planes; no obstante padeció varias vicisitude~; vol~ vió á renacer en Cádiz y se manifestl'! :¡.I públi~o lle– no de la vanidád que inspira la fiJosofia. El ha sido el órgano qe los filó,s.qfo, , .el· oráculo de los Liber:ql~s, el maestro i!e algunos de nuestros escritores', ·eÍ ¡:nodelo dq otros publicistas ·, el reververo y fanal de las l'uces que en este siglo esparció la filosofía. No obstante ·un tan podero>o exemplo, dado á los de– mas, periódi~,os de la ¡:¡.acion desde la corte , los sabios, ; JoS; políticos 1 no ,traspasaroq upa raya de Jos limítes que .les prescribía nuestra santa religion· y la mas sana po-' lítica. Principióse á tratar de la libertad de imprenta; los .fil 6sofos conocieron que este era el momentQ críti-' co de sacar partido : previnieron con sus escritos el 'jui– cio prudente y sabio de las Cartes; buscaron fi.rmas poi¡ los cafés y ·tertulias; éxpusieroh que la nacían a>pira– ba á una libertad que no conocía. Se principió la dis-'. cusion, les fué favorable: juzgaron habian ganado una victoria, y desde entoqces cornepzaron á entonar los himnos de sus triunfos. e Nuestros LibeT¡nle; ,datan .,desde el diez \ie Noviem• bre' de ochocientos diez la época de la -libertád de Es.,.;: paña. Yo venero aquella lei como emanada de una au– toridad legítima : c@forme la han sancionado las Córtes es jtista. El tiempo dirá su utilidad... , . Abusaron algunos escritores de esta libertad, ,aim an· . tes de , _decretarse; las primera<; paralelas para batir el edifi,cio de la iglesia se habian tirado ya: principiaron: al instante los fuego' contra las obras exteriores de la re~ ligion: y a! ver quedaba impune el delito, se intentó osa• <lamente asaltar el principal baluarte cie nuestra fé y de ,nuestra .mor¡¡l, ,¡¡tac:i;n~o la inmortalidad del alma. La n~~