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;g-4 lo> m·ayores· délitos, aun quando nó fuese (por.'la ·atro– .cidad y publicidad del crimen) á las generaciones pre– ·Sentes, á .fo menos al.Juicio de la posteridad que le mi: raria en lo sucesivo de lejos, y por unas' relaciones .adul– .teradas. · ¡ Filósofos! -z· á qué aparecer·justos, si la vir– tud es fanatismo ~ A pesar de vuestro cuidado , las vio- · lencias de Bayona las c'onservará la historia 1;;Ómo son en sí ; y, vue>i:ros nombres se oirán con. horror en la serie de todos los siglos. ' ' .,Catorce correos enviados de Espafia para el rei y sus ministros llegaron á estar presos de una vez ; en– traban en Bayona y no volvían á salir. Ab_rian la cor" respondencia de España, y á nadie daban ona notici.a individual de quauto s.ucedia· en las.provincias: sus pri– ~neros_ movimientos contra los franceses ':f los atenta– dos 'que se cometian por estos en .Madrid; todo: se oculT taba á nuestro Soberano y ' á su comitiva. Al tie~po que en Bayon,a se aprisionaba á Fernando y á los gran– des que le acompañaban, en Madrid se engañaba á Car– los IV , .se trafa preso con to¡la su familia, y se in~ trigaba contra oel infante D. Antonio , .para removerlo de la junta e·n que presidiá á la nacion ' ' ingirien– dose Murat en el gobierno que había prometido re·– conocer. Su manejo secreto con la ex-reina de _Etru– .ria le ganó la ·amistad de los reyes ·padres: se intro– .duxo , ¿ interesó con la· mayor vileza .por las cuitas de la reyna y de Godoi ; por unos crí1iienes tan d.eshonro– sos: se hizo nombrar regente de las Españas con los po– deres de un• rei, que ya lo había dexado de ser : sus facultades por consiguiente eran nulas. .La nacion no re· conocía ya á Carlos _IV. · . 1 •. ELhecho mas atrevido .estaba ya finalizago en Ba'l' .yon~¡ iLos Bor.bones r0dos se veían á disposicion de la Francia. Un francés dominaba la nacion: las tropas fran– cesas ocupan la mayor parte de las Provincias : en fa,; plazas y castillos _ fuertes pusieron guarnicion de s1,1s m~·