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,·an remediados." El espíritu de ge– nerosidad y de sacrificio de aquel grupo de apóstoles del barrio de "Venecia" no es para descrito. Es– crito seguramente estará en el libro de la vida. Aquel que dijo: "Lo que hiciereis con uno de estos pe– q ueñitos, Conmigo lo hacéis", se io habrá premiado con creces en este y en el otro mundo. De los labios divinos oirán en el día de la cuen– ta aquella consoladora sentencia : "Venid benditos de n1i Padre, por– que tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y n1e disteis de be– ber, estaba desnudo y me vestisteis, encarcelado y me visitasteis, etc. " Remediada, por el momento, la situación ell.-trema de las familias del barrio de "Venecia", continuó nuestro equipo su obra de aposto– lado en favor de otros pobres de la ciudad. Se estableci6 para ello u n centro de socorro en la Jefatura Provincial de Falange, y allí se re– cibían los donativos y ele a Hí par– tía mi pequeño grupo de apóstoles para visitar y entregar a las fami– lias necesitadas el óbolo de la ca– ridad. Pasado algún tiempo, y multi– plicada aquella pequeña grey ele apóstoles, hubo necesidad de darle alguna forma de consistencia ecle– siástica, y para ello, previa la apro– bación del señor Obispo de la ciudaa, se le denominó "Damas .\zules". La institución "Damas Azules" rontinuó su actividad en favor de los pobres en la capital de la Mon- taña con celo creciente, mereciendo de todos gratitud y admiración. La coincidencia, sin embargo, de los fines perseguidos por las "Damas Awles" y el "Pan de los Pobres" motivó el que ambas ins tituciones se refundieran, pasando aquéllas a formar parte de éstas. El centro se erigió en uno de los locales de la calle Castelar. A este centro acudía gran núme– ro de señoras y señoritas de la bue– na sociedad montañesa varios días a la semana, para confeccionar ropa con destino a )os pobres, saliendo 1 uego por los barrios extremos de la ciudad con el fin de visitar a en– fermos y necesitados, haciéndoles entrega de las limosnas previamente recibidas en el centro. El apostolado de las "Damas Azules", fundido con el del "Pan de los Pobres", continúa ejercien– do en la actual idad su bienhechora influencia, remediando o, al menos, alh·iando numerosas necesidades. Jusro es hacer constar la gran parte que tU\'0 en la difusión de la institución benéfica "El Pan de los Pobres" la fundación y extrnordi– naria difusión de la popular revista El S<mlo, que actualmente cuenta con más de cien mil suscriptores. Trasladado por la obediencia del com·ento de Santander ni de León, y luego al de Jesús de .Medinaceli, de :\ladrid, tuve ocasión de reanu– dar mi apostOlado en favor de los pobres del suburbio, como a conti– nuación se verá. 21
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