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- 57 - querido sufrir la Circuncisión é ir al Templo, para dar ejemplo de obe– diencia á las Leyes establecidas en nombre de Dios por Moisés: qui– siera yo también observar con fide– lidad los mandamientos de la san– ta Iglesia, que Tú has fundado; quiero creer todo lo que Ella pro– pone, practicar todo lo que prescri– be... ¡Oh divino Rey! desde tu na– cimiento obedeciste las órdenes del emperador Augusto, haci<'ndo cons– tar tu santo Nombro on los regis– tros públicos; quier•i, pnes, yo tam– bién, por amor tuyo, somct0rme á la autoridad civilyásus leyes, cuan– do no se opongan á las divinas, pa– ra •dar al César lo que es del Cé– sa1», como ensenaste Tú. ¡Oh Cria– dor mío! pues has obedecido hasta la muerte y muerte de cruz, hazme obcdionLe, á fin de quo pueda go– zal'tOun día en la Gloria. Gran Reina del universo ¡oh Ma– ría! Tú que has sido la más humil– de y la más obediente de todas las criaturas, rnega por mí, á fin deque

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