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- 53 - : unión contigo, dulcísima, inefable, que admira á los ángeles y sólo se explica por la excesiva ternura de tu :¡mabi~ísimo Corazón. Santa Ma– dre de Dios, ruega por mí, pobre pecador, á. fin de que Dios me per– done, para que no vuelva á ofen– derle y escuche atento su voz, pronto siempre á ejecutar cuanto de mí quisiere. lnvocaciones y Oración effoáz, páginas 13 y 14. EJEMPLO Un desgraciado joven fué tan culpable, que, despreciando la auto– ridad de su padre, resolvió mar– charse de su casa y aun renegar de su Religión. Su padre y sus hermanos, profundamente afligi– dos, para alcanzar su conversión, hicieron celebrar ~arias Misas en el altar del Nifio Jesús, y, ¿qué suce– dió? Frecuentemente hiere Dios el cuerpo para salvar al alma. El rujo desobediente tuvo de repente la