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- 11 - ErnMPLO Hé aquí lo (¡ue nos escribían en 1889. •Hacía. largos mcscsqnc nuestra familia se veía muy probada por Dios; clcsg:racias y más dcsgTa( ias llodan sobre nosotros; habíamos rogado mucho. nos habíamos en– conwnclado á varios Santos y no teníamos ya esperanza alg-mrn.. ¡Omínlas hígrimas! ¡Cuantas no– ches en vela! Nuestra sitnaciónera tan <lcst'spcrada que solo Dios po– día librarnos. Supimos entonces, por <·astrnlidad. que iban {1 bendecir solemnemente la imagt>n del Niüo J c;;ús do Praga en la capilla de los Palln's Carmelitas. La esperanza penetró en nuestros corazones, pa– reciéndonos que en día tan solemne el Niflo .Jesús nos sería propicio. Fuimos á dicha función, y con mu– cho fervor pedimos al divino Níúo su auxilio en situación tan apura– da. Con alegoría lo digo: nuestras

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