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;... 46 - •Persevera en mi amor, hijo mCo, 'mani~ •más, mucho más todavía. No me entristez· •(as (On tus desvíos.• lI ¡Qué cariñoso es mi Jesús! ¡cuánto me lima! ¿Qué sería de mí, si El no me amara tamo? ¡Cufotas veces no hubiera ca(do en el pe– cado, si su mano no me sostuviera! ¡cuántas veces no hubiera sido objeto de la indigna– ción de Dios, si El no hubiera aplacado la ira de su Padre! ¡cuántas veces... quids ahora mismo estuviera füfriendo para una eternidad! ¡Han caído tantos! ¡tantos se han conde· nado, tal vez con menos culpa que yo! El me ha hecho sentir las dulzuras de su amante Corazór..: ¡hay tantos que no las sien· ten! El me ha llamado á sí, me ha instado una, otra, mil veces á que le amara: ¡tantos hay 9ue han recibido menos gracias que yo! ¡Qué bueno es mi Jesús! ¡cuánto me ama! No ha podido amarme más. Ill Jesús mío, ¿y no he de amane yo con 10- do mi corazón?... Sí: ¿para qué quiero yo el