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1IEDITA.CIÓN llloMvcnturodos los de limpio corazón: porque elJoM "'r6n ll Dioii=. l '-lA'\ MATEO, Y.8). Ver á Dios y amarle eternamente; he aquí nuestro destino. Si tan dulce es verle por los ojos de la fe, y amarle en este mundo, ;qué será verle cara á cara y amarle junto á su lado allá en el ciclo? ¡Estar con Dios, y estar eternamente! ¡qué dicha! ¡qué felicidad! Mds para conseguirla es preciso ser de limpio corazón. Lo di10 Jesús: Bienaventu– rados los de limpio cora:¡6n; porque ellos i•ertúz á Dios Un alma manchada, un corazón enne– grecido por la culpa, sin el brillo de la gra – cia, sin el calor de la caridad, no puede ver á Dios nuestro Señor. Dios es la hermosura por escn, ia, la santidad por excelencia, y co mo santo infinitamente, no puede dejar ni permitir en su presencia á nadie que no ten· ga el corazón bien limpio.

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