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- 25 - .MEDITACIÓN Bienatenturados los mi– sericordiosos¡ port¡uti olios alcaozarén mlserlcorrlfA. (S.l~ MÁTP.O, V, 'i). El hombre no vive solo en este mundo¡ vive rodeado de otros hombres, como él, hi¡os de Dios nuestro Señor, igualmente que él, redimidos por Jesús: son sus hermanos. Por es10 ha de procurar su bien. Amar al prójimo como á sí mismo es precepto de Dios. Y ¿qué ha de hacerse para cumplir este precepto, para procurar el bien de nuestros hermanos? La Iglesia lo determina. Al que no sabe, enseñar. Al que lo necesitt, dar buen consejo. Al que yerra, corregir. Al que nos injurie, perdonar de todo coraz6n. Al triste conso– larlo. Sufrir con paciencia las mo!estias de nuestr-0s pr6jimos. Rogar por los pecadores para que se conviertan, por los justos para

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