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- 17 - :MEDITACIÓ.N' IU~DO.\Clllur&dos lo~ c1uo lloran: JlOrquo t•11os ... crtm consolado~. (~A~ MATEO, \', 6), Jesús llama también bienaventurados á los que lloran . Y ¿por qué? porque ellos se– rán con.10/ados. iHermosas palabras! ¡palabras consola· ti oras! Pero ¿qué hemos de llorar? Caminaba Jesús en el día de su Pasión cargado con b enorme Cruz hacia el Calva· río, su cuerpo hecho una lástima por los azo– tes, el rostro desfigurado, la cabeza ensan– grentada... •y Je seguía una grande muhitud de pueblo y de mujeres: l:is cuales lo plañían y lloraban. M1s Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalem, no lloreis sobre Mí: antes llorad sobre vosotras mismas y sobre vuestros hijos.• (Luc. XXIIf, 27 y 28)

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